sábado, enero 13, 2007

Un comentario de John Le Carre sobre el personaje en la ficción

"la identidad del espía es tan parecida a la naturaleza del ser humano que el lector no tiene dificultades para identificarse con él. Llegamos a muchos compromisos y tendemos muchos puentes en falso. Tenemos pensamientos secretos que no comunicamos a nadie, ni siquiera a quienes más amamos. Quizá precisamente porque los amamos. Creamos nuestra identidad con estos compromisos. Y nos ponemos máscaras para presentarnos ante otras personas, nos ponemos un disfraz, modificamos la voz o ensayamos miradas. Fingimos mucho en nuestra vida. Decimos «te quiero» para ser educados, o para consolar a alguien o sobornarlo, aunque no sea cierto. Si tratas a un personaje como si fuera un espía, si le pones la etiqueta de espía en la novela, el lector se pondrá de tu parte y podrás conducirlo a donde quieras, a donde no esperaba llegar, y te acompañará, porque todos somos espías." (notas y noticias de vetas)

1 comentario:

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo cien por ciento de que todos somos espías. En realidad el verdadero espía es el ESCRITOR, escritor que no tenga madera de espía no es escritor, pues este se mueve dentro de una sociedad que lo subestima o que no lo entiende -nisiquiera sus familiares- y usa las vivencias de los que lo rodean para armar sus relatos ¿Qué más espía que un escritor?